miércoles, 30 de septiembre de 2009

ETAPA 4


Salud



Sus médicos tradicionales son parteras, curanderos y brujos indígenas o mestizos. Las parteras auxilian a las mujeres durante la gestación y el parto; proporcionan cuidados especiales a la madre e hijo mediante baños de temazcal y plantas medicinales. Ellas creen en la influencia de la luna sobre las mujeres y en la dicotomía de lo frío y lo caliente; algunas utilizan fármacos alópatas.El curandero totonaco conoce el uso de las plantas medicinales para aliviar los males físicos y mentales, cura el cuerpo y el alma. Recurren a sus servicios tanto indígenas como mestizos; cura a hombres y a animales. Cobra por sus servicios según la enfermedad y la seriedad del caso; adquiere su oficio por las enseñanzas de un especialista. A veces sufren la persecución de las autoridades municipales por recetar sin licencia médica.El brujo posee poderes sobrenaturales que no tiene el curandero; conoce el uso de las plantas, sabe cómo hacer hechizos y maleficios. Ha obtenido su poder de fuentes sobrenaturales; puede hacer que una persona recobre la salud, la pierda y hasta causarle la muerte. Su maleficio sólo puede contrarrestarlo otro brujo más poderoso. Acusado de tener pacto con el demonio, sin embargo, suele ser un hombre religioso que se considera a sí mismo católico. En su casa tiene un altar con flores, figuras de santos, veladoras y figuras recortadas de papel amate que representan a los seres sobrenaturales. Los brujos suelen ser consultados también por mestizos; ocupan una posición de poder, paralela al sistema de cargos y generalmente tienen una posición económica holgada.Además de ellos, algunas religiosas católicas se encargaron de dispensarios médicos; misioneros protestantes atienden en sus templos; y los pentecosteses realizan "curaciones milagrosas" mediante oración.


Medicina tradicional: Enfermedades y su cura


Alferecía


Padecimiento propio de la población infantil cuyas manifestaciones típicas son el amoratamiento de uñas, labios y párpados, así como las crisis convulsivas.Generalmente se mencionan como responsables de la enfermedad del susto y a los aires, estos últimos de calidad fría o caliente, o bien, de carácter natural o sobrenatural. Se dice que los aires, en su calidad de agentes causales, penetran en forma brusca en el cuerpo del niño, o son transmitidos por otra persona o animal. La alferecía puede ser causada por un aire en que le "echan ojo" a la criatura, un aire de alferecía (probablemente "contagiado" por otro infante), o un aire que "le echa una gallina". Asimismo, se cree que el feto puede contraerla en el seno materno, durante la gestación, y el recién nacido, durante el periodo de lactancia, por sufrir un susto, experimentar un coraje, o debido al abuso de la madre en la ingesta de alimentos fríos. Otros refieren como causa a los berrinches, particularmente en niños que cursan estados febriles. En Santiago Tuxtla, Veracruz, se señala que puede ser originada por una fiebre de lombrices.En algunas localidades de Veracruz y Puebla, se suele establecer una distinción entre dos tipos: la alferecía amarilla y la alferecía morada. La primera, que estiman de mayor gravedad y pronóstico fatal, se adjudica a que a los niños "se les revienta la hiel" por lo que "se ponen amarillos". La segunda, alferecía morada o simplemente alferecía, tiene mayor incidencia, y sus consecuencias también pueden ser fatales si no se atiende a tiempo; se reporta en las localidades de los estados mencionados, además de Morelos, Tabasco y Yucatán. Se distingue porque el niño enfermo presenta amoratamiento en uñas de manos y pies, labios y párpados, y suele acompañarse de crisis convulsivas que la población percibe como "ponerse tieso", "irse de lado" y "retorcerse", así como desmayarse y "quedarse como muerto", e, incluso, se dice que el niño echa espuma por la boca; es común que se refieran estados febriles.Algunos de los tratamientos y actitudes preventivas parecen estar vinculados a la creencia acerca de la etiología del mal: la introducción de un aire en el cuerpo del niño; esto es, están orientados a evitar la entrada de los aires, o a expulsarlos cuando ya han penetrado.Entre los procedimientos y recursos curativos más comunes se mencionan: limpias y baños con plantas de calidad caliente, lavados intestinales, así como tomas orales de jarabes y tés preparados con las mismas plantas utilizadas para los baños, entre ellas, laurel (Lantana camara), yerbabuena (Mentha piperita), muitle (Jacobinia spicigera), ruda (Ruta chalepensis), rosa de Castilla (Rosa gallica) y albahácar (Ocimum basilicum).Para prevenirla, los mayas de Dzitas, Yucatán, dibujan una cruz con una preparación de ruda molida con sal y aceite, sobre el pecho, garganta, corazón y palmas de pies y manos del niño. Esto lo realizan de preferencia los días martes y viernes, considerados de mayor riesgo para contraer la enfermedad; asi mismo evitan pronunciar el nombre de alferecía en voz alta en presencia de los niños, lo que se estima peligroso. Se dice que un niño puede nacer con la marca de ser atacado por el aire de esta enfermedad, al presentar "una vena gruesa a través de la nariz".Las interpretaciones médicas generadas en torno a este padecimiento son diversas y, en muchas ocasiones, coincidentes y complementarias. Ya en el siglo XVIII, Esteyneffer la caracterizaba como propia de los niños y afirmaba que:... es un movimiento convulsivo, interpelado con lesión de la mente y de los sentidos. Unas veces se origina de tumores, otra de vapores, y éstos ya provienen del mismo cerebro, ya de otras partes del cuerpo... Recientemente, Vargas identifica a la alferecía como una probable meningitis, dada la presencia de uñas y labios morados, acompañada de convulsiones y una posible deficiencia mental. De igual manera, Gómez López confirma tal diagnóstico para la zona mazahua, y lo describe como un padecimiento relacionado con la epilepsia por hipertermia con fiebres de 40 o más grados, mientras que Padrón agrega que estas crisis convulsivas son frecuentemente causadas por fiebres muy altas, ciertas parasitosis intestinales y el tétanos. Módena señala que en Hidalgotitlán, Veracruz, la alferecía suele identificarse con lo que la medicina académica denomina tétanos neonatal. Por su parte, Delgado considera que, aunque no se cuenta con estudios actuales que describan con precisión sus causas, sintomatología y evolución, es posible suponer que abarque dos tipos de padecimientos: los trastornos epilépticos y el tétanos neonatal, siendo este último frecuente en el medio rural del país.


Alforra


Enfermedad dermatológica propia de recién nacidos y lactantes, caracterizada por la presencia de granos o salpullido en la cara y en el cuerpo.Se le atribuyen dos diferentes causas. En Veracruz se considera que es ocasionada por unos gusanillos negros que se introducen en el cuerpo del niño. Los totonacos poblanos creen que se debe al sebo de la madre, por haber comido carne grasosa en exceso y engordado mucho durante el embarazo, por lo que dicen: "... su mamá le pegó el sebo...". Asimismo, mencionan que la apariencia de los granos es como de "gusanitos" o "pelusa". Éstos van acompañados de comezón, calentura y llanto; en una etapa más avanzada los granos se hacen "llorosos" y vienen a "quebrar en sarna".Para el tratamiento de la alforra, los totonacos veracruzanos aconsejan bañar y tallar al infante con diferentes plantas, como la baba de grillo o xkgaxtajat xtúki, la berenjena verde (Solanum diversifolium) o xilxtokgo chat, el durazno (Prunus sp.), la guásima (Guazuma ulmifolia) o akgáxiti, la berenjena (Solanum torvum), el tomatillo o tamat y la yerbabuena (Mentha sp.). Por su parte, los totonacos poblanos, además de utilizar la berenjena cimarrona (Solanum sp.), recomiendan untar el cuerpo del niño con sal caliza masticada previamente por la madre, y, posteriormente, tallar su piel para que salga todo el sebo en forma de "gusanitos".Pese a las dificultades para encontrar una sinonimia nosológica de los padecimientos tradicionales a la luz de la medicina académica, se considera que la alforra puede corresponder al prurigo o a una dermatosis atópica.


Algodoncillo


Enfermedad bucal que se presenta principalmente en niños menores de tres años, y, en particular, en los lactantes. Se caracteriza por la presencia de lesiones blanquecinas en la superficie de la cavidad oral. Se le define como una infección que afecta labios, lengua, encías, paredes de la boca y garganta, y cuya manifestación visible son pequeñas manchas circulares, de color blanquecino —de allí el nombre de algodoncillo—, con los bordes rojizos y de aspecto "pegajoso". Algunos informantes lo describen como grano, fuegos, erupciones o llagas con agua.La aparición del algodoncillo se atribuye a la falta de higiene, ya sea de los niños que "se meten cosas sucias a la boca", o de la madre, cuando no se asea el pecho antes de amamantar. Otra causa importante es el calor, ya sea que el niño padezca calentura, o bien que la madre se lo transmita en la lactancia, sobre todo si ha ingerido en exceso alimentos de calidad caliente. Se mencionan también las infecciones que afectan a la boca y las encías, el consumo de antibióticos por parte de la madre o el haber hecho un coraje antes de amamantar, los efectos de un aire o de un enfriamiento, un castigo divino u otras causas de origen sobrenatural.Con menor frecuencia, los informantes señalan que el algodoncillo se acompaña de fiebre, dolor al comer e inapetencia. La zona afectada se vuelve muy sensible a la sal y a los alimentos irritantes, como el chile. En ocasiones, el paciente tiene sangrado bucal, babea y defeca heces de color amarillento; muestra malestar general y, eventualmente, tiene diarrea y vómito. En los casos más severos, el niño deja de comer o de mamar, y muere.La terapéutica es básicamente local, y consiste en el lavado o en la aplicación en las zonas afectadas de preparados de plantas, así como otras sustancias y mezclas que se prescriben hasta que desaparece la infección. Los vegetales empleados varían en las diferentes regiones del país: en el Estado de México, se hacen gárgaras y lavados o se aplican fomentos con una infusión de diente de león; las frutillas o las hojas de perlilla se colocan sobre la región afectada. En Oaxaca, el látex del piñón (Jatropha sp.) se aplica en forma de toques, y se usa el ciruelo para enjuagues bucales. En Puebla, también se administra localmente la hierba del ángel. En Veracruz, se aplica en la boca tomate asado, o se le unta al niño en la boca y en la lengua el aceite de ajonjolí, o la flor de la chinina frotada en el interior de la boca . En Campeche, Yucatán y Quintana Roo, en Puebla y en Tabasco, destaca el uso de la miel de abeja en diferentes mezclas con carbonato y/o limón. También en Puebla se paladea con agua salada o se limpia la boca con tomate asado y tizne de comal, y en Baja California se dan toques de glicerina líquida.Dos ejemplos notablemente diferentes aparecen, por un lado, en poblaciones de Morelos, en donde se aplica pomada de Micostatín en las zonas afectadas; y, por el otro, entre los tzotziles de Chiapas, quienes afirman que si el algodoncillo no desaparece con hierbas medicinales, es indicio de que se trata de un castigo enviado por Dios


Anginas


Sinónimo(s): inflamación de las anginas. Lengua Indígena: Totonaco tsik’akxniku pistapu. Purépecha k’uchakua, anginas.
Enfermedad respiratoria originada por un desequilibrio en la temperatura corporal cuyas manifestaciones son
dolor de garganta, dificultad para ingerir alimentos y fiebre.Es provocada por los cambios bruscos de temperatura que sufre el organismo; hay quienes aseguran que es el frío que ingresa al cuerpo cuando una persona al estar caliente, se expone repentinamente al frío o al aire; otros sostienen que es el exceso de calor en el cuerpo, el "calor subido", cuando una persona pisa el suelo frío, sucede que la sangre (de calidad caliente) huye de los pies, sube a la cabeza y se "cargan" las anginas de este líquido causando la enfermedad.Las opiniones no son contrapuestas, ya que finalmente la causa del padecimiento es un desequilibrio en la distribución de la temperatura corporal. Es importante notar que a diferencia de las demás afecciones respiratorias, frecuentemente las anginas son consideradas de calidad caliente (V. frío-calor).Los síntomas principales son fiebre, dolor de garganta, escalofríos y dificultad para "pasar" o tragar los alimentos y la saliva. Esto último es debido a la inflamación local severa y la excesiva producción de baba o flema que producen el cierre de la garganta. Algunos síntomas poco frecuentes son la falta de apetito, reuma, dolor de huesos, tos y vómito.En el tratamiento se utilizan diferentes métodos que persiguen desinfectar y limpiar la garganta de la flema: gárgaras con sustancias entre las que sobresale el limón , solo o combinado con miel o alumbre y lavados de garganta o paladeadas, principalmente conjugo de tomate.Se emplean emplastos o cataplasmas elaborados con grasas, aceites y plantas, solos o combinados, que calentados previamente se colocan sobre el cuello y, en algunas ocasiones, se cubren con un trapo. Para su confección se utilizan entre otros elementos, hojas de belladona, tomate, enjundia de gallina o aceite de comer. Con la finalidad de desinflamar las anginas, calmar el dolor y sacar el calor de la garganta, se recomiendan los baños de pies y de asiento con agua caliente o con orines del mismo enfermo.También se aplican plantillas elaboradas con limón o jitomate, calentados previamente para quitar la temperatura y bajar el calor subido a los pies. Existen procedimientos como la sobada, la tronada o la quebrada de anginas que son igualmente utilizados con frecuencia.Es un padecimiento que se presenta en todas las edades, pero con mayor frecuencia en los niños.Para la medicina académica, se trata de la misma afección conocida como amigdalitis o faringoamigdalitis, ya que existe una clara correspondencia en la sintomatología y las finalidades perseguidas por el tratamiento.


Baño de asiento


Es aquél en el que se sumergen caderas y nalgas, en un recipiente que contiene agua caliente o fría.Para los totonacos de Zapotitlán de Méndez, Puebla, es un baño acostumbrado con el fin de expulsar el frío introducido en la matriz durante el parto, por medio del que ésta se desinflama y vuelve a su lugar. En el Estado de México, se utiliza para la curación de los padecimientos de la mujer causados por frialdad. En Morelos es empleado para el tratamiento de las hemorroides.Este tipo de baño eleva la temperatura de una parte del cuerpo, y deriva el calor hacia órganos internos; por tal razón, es empleado en afecciones pélvicas, amenorrea y retención de orina.

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